
Los fríos del invierno empiezan a hacer acto de presencia. Pero en la retina aún quedan reflejos del otoño que nos deja.
Aún quedan recovecos de nuestra mente, bañados con la tenúe luz, filtrada entre la hojarasca del bosque, de un sol que se adormece en la almohada de la estación que casi llega a su fin, dando paso a frías noches, días que se cubrirán de nieblas, y quizás alguna nevada...
Aún queda esa luz, pintando el bosque, entrando en él como por una ventana abierta a la naturaleza.
© MayteVidal @2008