Sony α580, sigma 18-250 DC OS
18mm, f/3.5, 1/30, ISO 5000, a pulso
Situado sobre un promontorio rocoso en una isla mareal del estuario del río Couesnon, el Monte Saint Michel debe su nombre a la abadía consagrada al culto del arcángel San Miguel.
El islote tiene cerca de 960 metros de circunferencia y el peñasco se eleva a 92 metros de altitud.
Las mareas espectaculares de la bahía contribuyeron mucho a hacer del monte una fortaleza inexpugnable. Durante siglos, únicamente era accesible por vía terrestre en los momentos de marea baja, y por vía marítima cuando la marea era alta.
Actualmente se puede acceder a la abadía en todo momento gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca.
Hay que decir, que aquí, las mareas no son diarias. En mi visita al Monte, no tuve suerte, y no coincidí con marea alta.
Me hubiera gustado fotografiar el Mont Saint Michel con su reflejo en el agua (creo que todos llegamos allí con ese anhelo). Tuve que conformarme con este pequeño reflejo en un charquito.
maytevidal©fotografia ♥
una toma espectacular un saludo
ResponderEliminarExcelente el detalle del reflejo...
ResponderEliminarsaludos
Bien aprovechada la hora azul para esta llamativa nocturna. No se como hubiese quedado con el reflejo completo, pero a mi precisamente me ha llamado la atención lo bien que queda ese trozo del monasterio o castillo reflejado en el charco, vamos que me gusta mas así. Abrazos desde Sevilla.
ResponderEliminarEspectacular, sin más, ni menos.
ResponderEliminarPuen aún con ese pequeño reflejo, la toma es toda una preciosidad. Espectacular.
ResponderEliminarUn abrazo Mayte.
que rincon mas bonito, una autentica maravilla, parece el castillo sacado de un cuento....
ResponderEliminarBesos
Gracias a todos por los comentarios.
ResponderEliminarEsta semana he estado un poco liada, y no he tenido ni tiempo de pasar por el blog para agradeceros vuestra visita.
Mil gracias todos!
Mari Ángeles, todo el conjunto parece sacado de un cuento. En mi viaje por Bretaña, muchas veces, me he sentido como dentro de un cuento, casminando por las calles de esos pueblos medievales. Parecía que en cuqaqlquier momento me iba a cruzar con caperucita roja, o con Hansel y Grettel, camino de la casita de chocolate.
La verdad es que ha sido un viaje alucinante que tengo que volver a repetir, y el cual recomiendo muy mucho.
Besos!!
Mayte que bella tu obra, son de un encanto particular, desde ya te sigo y te invito a mi blog papelesanimados.blogstop.com saludos
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