El Faedo de Ciñera de Gordón se prepara para recibir el otoño, vistiendo su suelo con una alfombra rojiza, tejida con hojas de haya.
El canto del agua cristalina que corre bañando las raices pobladas de verde musgo, envuelve el bosque, creando una atmósfera mágica, de paz y sosiego.
Sony α100, Sigma 18-200
MayteVidal © Fotografia
Preciosa y linda imagen.
ResponderEliminarSaludos y abrazos Mayte.
Da gusto empezar a pasear ahora por los bosques, verdad?
ResponderEliminarQue bonita imagen!!!
Bicos
te vi anoche publicar la entrada pero me dio pereza a esas horas decirte nada. oye ¿ese no es el pueblo de Mariluz? que gusto de colores, ahora tenemos un filón. un besote
ResponderEliminarUna maravilla de lugar y una preciosa foto con esos colores del comienzo otoñal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los bosques ahora son una auténtica gozada!!!
ResponderEliminarPara quedarse en ellos todo el día. Por Galicia los tenéis bonitos bonitos!!!
Bicos, Merce!
Si, Ripley, es el Faedo de MariLuz. Ya he ido por allí un par de veces, y es un disfrute para los sentidos, tanto el bosque como lo que hay un poco más allá, cruzando el pequeño desfiladero.
A ver cuando preparamos una visita bloguera y nos juntamos con Luz por allí...estaría bonito, verdad?
Beso grande!
Juan Carlos, este domingo próximo puede que me acerque por Ávila, a algún castañar, que tambien están bonitos en estas fechas. Y las castañas, riquisimas!!!
Abrazos!
Pues sí Pizarro...los bosques empiezan a estar lindos...llevo unos días que no paro, de uno a otro, sin descanso.
Es lo que tiene el otoño...y con lo que a mi me gusta, como para parar!!
Un abrazo!
Lo bonito del Faedo es que esa alfombra de hojas perdura todo el año. Es un rincón mágico, ¿verdad? No me extraña que te guste. Una foto muy bonita, Mayte.
ResponderEliminarUn abrazo!