Los fríos del invierno empiezan a hacer acto de presencia. Pero en la retina aún quedan reflejos del otoño que nos deja.
Aún quedan recovecos de nuestra mente, bañados con la tenúe luz, filtrada entre la hojarasca del bosque, de un sol que se adormece en la almohada de la estación que casi llega a su fin, dando paso a frías noches, días que se cubrirán de nieblas, y quizás alguna nevada...
Aún queda esa luz, pintando el bosque, entrando en él como por una ventana abierta a la naturaleza.
© MayteVidal @2008
Preciosos colores, una nitidez estupenda. Una foto que hace sentir la calidez de los rayos de Sol que entran por el fondo.
ResponderEliminarMuy bonita.
Saludos.
pero bueno, y tu ¿donde encuentras estos bosques? menuda sinfonia de colores y que enredo para caminar jeje. muy bonita
ResponderEliminary la del templo de Debod tambien, tengo un par del mismo sitio en mi blog, aunque con luces bien diferentes, es lo que tiene el sol que lo puede cambiar todo a capricho. abrazos.