Después de cruzar el angustioso tramo en que la estrecha carretera bordeaba la montaña, dejando el precipio hacia el mar muy cerca de mi, pensé que la contemplación del arrecife de Las Sirenas, era un regalo del cielo, para compensar el encogimiento de corazón por el que había pasado.
La tarde mostraba un cielo encapotado, y las primeras gotas comenzaban a caer, sacudidas por un viento que iba ganando fuerza a cada golpe de segundero del reloj.
Me quedé allí un rato, absorta, sintiendo toda la fuerza y la magia que de ese lugar manaba...hipnotizada por el paisaje marino que se abría ante mi.
Nikon F50, Voigtländer 70-300, filtros cokin (degradado malva+degradado gris),
escáner HP ScanJet 3300C
© 2004-2009 MayteVidal
Estupendos los colores que has logrado, y el procesado... efectivamente transmites la magia del mar con esta postal.
ResponderEliminarPD. Hacía tiempo que no oía este tema de Kítaro. Muy buena selección de música.
Muchas gracias por tus amables palabras.
ResponderEliminarMe alegra que te guste la foto y por supuesto, la música.
¡Saludos!
Tu obra entera tiene magia a raudales.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y anotacion sobre los celtas y la encina espero que allas leido lo que te cuento.
Saludos , besitos y un poquito de esa energia que recogi de la encina. :)
parece una foto de cuento!! conozco bien este lugar, es mas creo que tomaste la foto desde el mismo sitio que yo lo hice. la carretera como bien dices pone los pelillos de punta pero merece la pena cuando llegas arriba y te asomas al precipicio cámara en mano. es una preciosidad de foto con esos colorines tan especiales que le diste. me gusta mucho
ResponderEliminarEl mar no se que tiene que embruja de una forma especial. La foto es preciosa, bien merecia el lugar un ratito de contemplacion, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarTe dejo "fichada" en mi blog.
Saludiños
¡Hola Mª Angeles!
ResponderEliminarSi que he leido lo que me cuentas, y te comento que es una sensación que yo también he tenido en varios lugares con árboles, sobre todo, así, de tantos años.
Recojo ese poquito de energia que me envias, que me va a venir fenomenal
¡Muchas gracias!
¡¡Besos!!
¡Jo, Ripley!
ResponderEliminarEs que esa carretera es de muerte!!
Yo decía:"me bajo, abro la puerta y me bajo y voy el trozo estrecho andando" pero claro, es que si abría la puerta, no había nada, me iba directa para abajo, con lo cual, me enganché a todo lo enganchable, con toda la tensión del mundo, que luego me dolía todo el cuerpo, y a pasar el trago lo mejor posible.
Pero sí, las vistas merecen la pena pasar ese ratillo malo.
Es verdad, Merce.
ResponderEliminarDicen que nos relajamos con el sonido del agua porque en el subconsciente tenemos el recuerdo de cuando estabamos en el vientre materno.
Tal vez sea ese el embrujo del mar y las olas, con su vaivén y su sonido.
Un abrazo, Merce.
Mayte... lo que no es de recibo... (permiteme que te regañe un poquito), es que la sirena se ponga detrás de la camara y no delante... ehhhh
ResponderEliminarMe encanta el color que le has dado y el lugar, como siempre irradia magia... felicidades wapa
Jajajajaja, MGA, es que hay que preservar el mito de las sirenas, jajajaja.
ResponderEliminarEl color del agua, yo creo que tenia esos tonos por la luz que había. Se había nublado, y llovía un poco, pero el agua se veía tan transparente... y parecía tener luz propia.
No sé, a mi me impactó este sitio y tengo que volver.
Saludos